martes, 1 de febrero de 2011

Here Without You



Capitulo 1
Me mire fijamente al espejo mientras pasaba lentamente aquel cepillo por mi larga y dorada cabellera. Me encontraba sentada en el banquito del tocador haciendo nada más que peinarme con calma. No tenía apuros más que estar ahí y detallar mi rostro notando los rasgos pálidos a causa de mi enfermedad.
Mis rasgos siempre largos y definidos, la nariz perfilada, mejillas un tanto hundidas y apagadas, labios delicados y de un ligero tono melocotón. Ojos color gris que aun no entiendo. Cabellera larga dorada cayendo en suaves hondas hasta la mitad de mi espalda. Delgada tal vez mas de lo necesario. De estatura mediana y de piel tan pálida como la nieve.
Torcí el gesto, no me gustaba este estilo fantasmagórico que aportaba a causa de la enfermedad. Quería mis rosáceas mejillas, mi cuerpo voluptuoso y el brillo que aportaban mis ojos. Pero al parecer no querían regresar.
La vida es difícil y para empeorarlo todo es corta. Pues imaginen la dificultad para una persona con problemas de salud, que puede morir en cualquier momento. Recuerdo el día en que nos enteramos que estaba enferma como si fuera ayer.
FLASHBACK
---Noé--- Llame como pude. Mi boca estaba repleta de sangre al igual que mi mano. --- Esto no puede estar pasándome de nuevo.--- dije para mí. El día anterior en la escuela me había dado un ataque de tos y había pensado que sangraba porque me había lastimado la garganta. Pero esta vez no estaba tan segura. Enjuague mi boca y llame a Noé una vez más.
---Noé! Acaso no escuchas? Tu hermana te está llamando!--- Grito mami desde la planta baja. No quería llamarla a ella, se asustaría demasiado.
--- Voy !--- escuche que gritaba él, mientras yo seguía tosiendo y miraba el lavamanos lleno de sangre con pánico.---Que quieres? Estoy ocu… Qué demonios tienes ?... que… que te hiciste ?--- Noé me miraba asustado, mientras se acercaba y me limpiaba las manos ensangrentadas.
---Yo no me hice nada…--- dije comenzando a llorar, lo que me provoco mas tos y esto hizo que más sangre saliera de mi boca. Noé me miraba aterrado.
---Mami--- llamo, pero el miedo no lo dejaba hablar bien.
---Que haces? No le diremos nada.--- le dije luego de enjuagarme la boca una vez más.
---Ah no? Y que pretendes hacer ?---sus hermosos ojos chocolate estaban llenos de lagrimas y me seguían mirando aterrados. Creo que en ese momento estaba más asustado que yo.
---No se--- le conteste.
--- Mamiiii--- grito. No pude evitar que lo hiciera.
--- Que sucede ?--- preguntó asustada mientras supongo subía las escaleras. --- Oh por Dios! Adara que te paso?--- me madre me miraba desde la puerta del baño horrorizada.
FIN FLASHBACK
Ese día llegamos al hospital más rápido que nunca. Mi madre parecía loca y Noé no sabía que decirle a papi. Solo sé que mi padre llego al hospital en segundos. Pero el mas que me sorprendió fue Noé. Nunca se movió de mi lado. Cuando me dijeron que tenía tuberculosis, lloro junto a mí hasta dormirse. Recuerdo que trataron de sacarlo par de veces de la habitación pero no pudieron, y paso las tres noches que pase en el hospital con migo. Desde entonces no se aleja mucho de mí. No saben lo que ha sido tener que soportarlo día y noche detrás de ti con miedo de que te suceda algo. Aunque es lindo saber que tendrás a alguien que no es tu padre o madre para que este ahí en todo momento. Un mes, creo que va más, y aun no me acostumbro a las sensaciones y especialmente a mi reflejo en el espejo. Creo que eso es lo que trato con tantas ansias ahora mismo. No ver a una desconocida ahí, pero la sigo viendo.
---Piojo!--- me grito mi hermano al entrar a mi cuarto con una gran sonrisa. La que se descompuso al ver mi expresión. No se siquiera como estaba, solo sé que no era la que él esperaba ver.--- Que te sucede?--- me pregunto mientras se acercaba y se paraba tras de mí, para abrazarme por la espalda. Le devolví el abrazo y le sonreí como pude.
---No me sucede nada.---mentí. Aunque en realidad no me pasaba nada, solo que mi autoestima no estaba muy alta.
---Sabes que eres hermosa, cierto?--- me pregunto. A veces detesto que me conozca tanto.
---Claro, me lo dices todos los días.--- No había uno que no lo hiciera. Se levantaba todos los días y creo que eran las primeras palabras que decía.
---No quiero que lo digas solo para hacerme sentir mejor. Quiero que te lo metas en esa cabecita, llena de piojos.--- dijo despeinándome.---Ahora apúrate o llegaremos tarde a nuestro primer día de clases.--- dijo saliendo del la habitación.
La escuela. Todo esto de mi enfermedad comenzó, suertudamente, el último día de clases. Y había pasado todas las navidades pensando cómo les diría a mis amigos, que de hecho no son muchos. Pero decidí no decir nada. Mis padres están de acuerdo si eso es lo que yo quiero y Noé me comprende. Sé que será mejor así, nadie me tratara diferente, ni tendré que soportar las miradas de lastima.
Me levante sin ánimos y busque mis zapatos, unos convers negros, que era lo que me faltaba para estar lista. Traía puesta una blusa de botones con manga larga que tenia cuadros violetas y unos vaqueros grises. Nada extrovertido, nada que llamara mucho la atención. Baje a desayunar, aunque solo lo hacía para darle el gusto a mi madre, ya que no tenía mucha hambre. Me senté en la barra de la cocina, donde ya me esperaban dos enormes panquees.
---Buenos días ma.--- la salude sonriendo lo mas que pude.
---Hola mi reina. Como dormiste hoy? Fue una noche inquieta?--- me pregunto.
---No tanto.--- volví a mentir. En realidad había sudado tanto esa noche que casi no pude dormir. Pero no quería preocuparlos demás. Total que podían hacer ellos si había tenido una noche inquieta?
--Bueno…Lista para la escuela?--- me pregunto esta vez con una sonrisa.
---Sabes que te puedes quedar hoy si quieres. Pero no puedes esconderte aquí todo el año.---- decía mi padre acercándose a mi mientras se terminaba de poner la camisa y me daba un beso en la mejilla. Hice una mueca. No quería ir a la escuela. Tenía miedo de que me miraran diferente o que me trataran diferente. Aun que tenía claro que nadie sabía nada. Incluso los amigos de Noé no tenían ni idea, solo se enteraron que estuve unos días en el hospital, pero Noé les dijo que no fue nada grave. Y bueno mis amigos…. Pues se puede decir que no son como los de Noé, que pueden pasar el día aquí. Ellos más bien son compañeros de clases, excepto por Lorena que es mi mejor amiga. Aun no sé si decirle la verdad o no. No quiero que cambie con migo.
---Vámonos pues. Avanza!---me apuro Noé bajando las escaleras. Yo solo suspire y me comí un último pedazo del panque.---No quieres regresar a la escuela, cierto?--- me pregunto ahora serio. Odio ver su rostro lleno de preocupación. El me conoce mejor que nadie y sabe cuando la paso bien y cuando no.
---Qué? Quien dijo eso? Claro que quiero ir a la escuela.--- dije fingiendo estar emocionada.---Ya quiero ver a Lorena --- dije mientras me despedía de mis padres.
---Aja…--- Noé no me creía nada.
---No prefieren que mejor los lleve yo?---Pregunto papi, tomando las llaves de su auto.
---No te preocupes pa. Es el regreso a clases! Además, si la piojo aquí se siente mal, podre traerla sin ningún problema.--- dijo despidiéndose de ellos también.
---Iré feliz y contenta, después que no me digas piojo frente a todos. —le espete. Desde que somos niños suele decirme así.
---De acuerdo Adara, lo que tú quieras.--- dijo abriendo me la puerta para que avanzara. Yo solo respire profundo pidiéndole a Dios que me diera fuerzas para ese día.
---Adiós, los amo.--- Sabía que sería uno difícil. Pero qué más da. La vida es difícil no?

1 comentario:

  1. Esta muy, pero que muy bien
    continua si¿? estoy deseando ver el siguiente Cap :)

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